Troso Del Primer Capitulo Del Tan Esperado Libro "amaneser" De La eScritora St Meyer.

NADIE TE ESTA MIRANDO, ME PROMETI A MI MISMA. NADIE te esta mirando. Nadie te esta mirando.

Pero, porque no podia mentirme convincemente incluso a mi misma, tendria que comprobarlo.

Mientras me sente esperando para que las tres luces de trafico en la ciudad de volviesen verdes, di un vistazo a la derecha- en su minivan, la señora Weber habia vuelto su torso en mi direccion. Sus ojos aburridos se hundieron en los mios, y yo me encogi en respuesta, sorprendida del porque ella no descansaba su mirada o parecia apenada. Todavia era considerada una groseria el quedarse viendo fijamente a las personas, no es cierto? Esto ya no aplicaba para mi nunca mas?

Despues recorde que estos vidrios eran polarizados y que ella probablemente no tenia idea de si yo estaba dentro, sola mientras capturaba su mirada. Trate de encontrar algo de consuelo en el hecho de que ella realmente no me estaba mirando fijamente, era al carro.

Mi carro. Suspire.

Eche un vistazo a la izquierda y gemi. Dos peatones se habian congelado en la banqueta, perdiendo su oportunidad de cruzar mientras ellos se quedaban mirando el carro fijamente. Detras de ellos, el Sr. Marshall estaba mirando boquiabierto a traves de la ventana de vidrio de su tienda de recuerdos. Al menos no tenia su nariz pegada al vidrio. Aun.

La luz de volvio verde y, en mi prisa por escapar, pise el acelerador sin pensar - la manera normal en la cual golpeaba a mi antigua camioneta chevy para que andara.

El motor gruño como una pantera cazando, el carro dio una sacudida tan rapida que mi cuerpo se impacto dentro del cuero negro sel asiento y mi estomago se aplasto contra mi columna.

"Arg!" Grite de manera apagada mientras me dejaba caer buscando el freno. De acuerdo con mi cabeza, simplemente debia de darle un golpecito al pedal. El carro dio una sacudida en absoluta paralisis despues de todo.

No podria soportar la miradas alrededor en reaccion. Si tenia alguna duda de como se debia conducir este carro antes, ahora se habia ido. Con la punta de mi zapato, gentilmente empuje el pedal de la gasolina hacia abajo medio milimetro, y el carro salio disparado hacia adelante una vez mas.

Maneje hasta alcanzar mi objetivo, la estacion de gasolina. Si no hubiese estado corriendo sin mucha gasolina ultimamente, no hubiese podido entrar al ciudad despues de todo. Estaba conduciendo sin mucha gasolina esos dias, llevando solo lo necesario y para gastar tiempo en publico solia atarme los cordones de los zapatos.

Moviendome como si estuviese en una carrera, consegui abrir la ventanilla, me quite la capucha, explore el carro, y encontre la boquilla en el tanque en pocos segundos. Por supuesto, no habia nada que podiese hacer para que los numeros en el indicador apuraran el ritmo.

Lo hacian con pereza, casi como si quisieran hacerme enojar.

No habia un cielo soleado y despejado- era un tipico dia lluvioso en Forks, Washington - pero sentia como si un foco me alumbrase desde arriba, atrayendo la atencion hacia el delicado anillo en mi mano izquierda. En tiempos como este, sentia miradas por detras, y las sentian como si el anillo estuviese emitiendo una señal en color neon: Mirame, mirame.

Era estupido estar tan avergonzada, y lo sabia. Ademas de papá y mi mamá, ¿importaba realmente lo que las personas dijeran sobre mi compromiso? ¿Acerca de mi nuevo carro? ¿Sobre mi misteriosa aceptacion dentro del Colegio Ivy League? ¿Acerca de mi nueva y brillante tarjeta de credito negra que parecia arder, exhiliada donde estaba dentro de mi bolsillo trasero derecho ahora mismo?

"Si, a quien le importa lo que ellos piensen," murmure por debajo de mis respiracion.